Salutación
Virgen del Carmen, queremos en estos días consagrados a tu honra y gloria, andar el camino de la oración y reflexión para crecer en nuestra vida teologal con una meta: conocer, amar y servir mejor a Jesús Redentor y a su Evangelio, siguiendo tu ejemplo de discípula perfecta de tu Hijo.
Día a día queremos contemplarte en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Desde la experiencia espiritual del Carmelo, te contemplamos como Virgen orante, Virgen fiel y Virgen servidora que acoge, medita, vive y proclama la Palabra de Dios, y como Madre y Maestra de vida espiritual nos acompaña en el crecimiento de nuestra existencia cristiana desde el bautismo hasta la perfecta unión de amor con Dios en el cielo.
Rosa del Carmelo, que al leer el Evangelio y seguir a Tu Hijo, podamos ser revestidos del buen olor de Cristo en medio del mundo.
Estrella del mar, conduce nuestra barquilla en la noche oscura de la fe hacia las playas resplandecientes del Reino de los Cielos. Protege a nuestra gente de mar: marinos y pescadores.
Reina del Purgatorio y del Cielo que un día, contigo, gocemos de los frutos de la salvación eterna que tu Hijo Jesucristo nos alcanzó con su muerte y resurrección y que nosotros aplicamos por nuestros seres queridos difuntos.