La Virgen del Rosario, Patrona y Alcaldesa perpetua de nuestra ciudad, celebra su gran día

09.10.2012 11:12

 

La Patrona de Isla Cristina, antigua del gremio de los mareantes isleños, paseó su belleza y su señorío por las calles de su ciudad. Con ella iban todas las representaciones de las Hermandades, de gloria y penitencia, con el Consejo de Hermandades, las autoridades civiles y militares, y con su pueblo que la arropó desde su salida hasta que de nuevo volvía al templo de los Dolores, donde tiene su sede.

Un inmenso gentío esperaba que dieran las ocho de la tarde, copando la aceras y alrededores de la avenida, para que las 21:00 horas, campanas, echadas a repicar, que se confundían con el sonido de la banda de música que entonaba el himno nacional, anunciaran que por las puertas abiertas de par en par de su parroquia, la bellísima imagen de la Santísima Virgen del Rosario estaba ya bajo el dintel. Los aplausos también se fundieron con el crepitar de los cohetes que ponían su estela de humo blanco, como fumata Vaticana, sobre el fondo del cielo, que aún no había dado paso a la noche.

Luego fue un interminable desfile en la noche reina de Isla Cristina. Los tiempos actuales no han permitido grandes fiestas mundanas, pero sí se ha instalado la carpa y el tablado en el Paseo de las Flores, donde han habido distintos festejos menores. Al tiempo hay poner lo que se puede, que para la Madre de Dios, con cualquier cosita le basta. Ella con tener a sus hijos cercanos, no le hace falta más.

En la función mayor de la mañana, realizada con todo el esplendor y devoción que la Virgen se merece, el párroco Carlos Javier, con quien concelebró el párroco Juan Manuel, dijo en su homilía que invocaba a la Virgen por la unidad que todos debemos tener, como símbolo que Dios nos creó, “Dios”, dijo, “nos creó en la unidad y para la unidad, como Él mismo es, abrazados por un único amor”.

La Iglesia, repleta, oró en la interioridad de cada uno, arropada por la Coral Padre José Mirabent, que nos transportó a los cielos con su magnífica intervención, interpretando unos cantos litúrgicos plenos de auténtica belleza musical.

La fiesta del Rosario, un año más, se ha celebrado en honor de su Patrona, que ha salido en procesión para bendecir a todos sus hijos los isleños, y a todos los que, venidos desde fuera, pasan sus días entre nosotros. La exquisita temperatura ayudó a que la procesión brillara con luz propia. La de la Patrona de los Isleños.