La tarde del sábado se llenó de devoción con La Soledad
A las 4 de la tarde del Sábado Santo, la Soledad iniciaba su estación de penitencia desde su casa Hermandad, situada en la calle Diego Pérez Milá, a hombros de sus fieles costaleras, para seguir hacia el centro de la ciudad.
Esta bellísima imagen de la Virgen, llamada Soledad, es la viva imagen de la Madre del Señor, que expresa todo el inmenso dolor de quien ha perdido lo más grande de su vida, la muerte de un hijo. Pero con el agravante de una muerte en la cruz, como si de un vulgar criminal se tratase; siendo como lo fue, el más bueno de los hijos; pues era el mismísimo Hijo de Dios.
Y va caminando a solas, como si no tuviera quien la consolara ni la compadeciera. Y este sentimiento es el que transmite esta imagen de María, a quien solo la sigue, en permanente presencia, una cruz sobre la que pende un sudario, y donde se apoyan unas escaleras. El sudario que cubrió el cuerpo de Jesús, momentos antes de su muerte; y las escaleras por donde bajaron el cuerpo. Los ojos mirando hacia abajo, y sus manos apretadas, son la máxima expresión de dolor.
Recordamos, tiempos atrás, que aún iba más sola, porque siguiendo al paso del Santo Entierro, casi no quedaba nadie para acompañarla, por lo que aún parecía más sola. Creo que muchas personas nos dejábamos llevar de la compasión, y nos daba pena verla de esa manera, por lo que seguíamos a su lado.
Desde hace unos años, la actual Junta de Gobierno ha fomentado la devoción y el amor a esta imagen de manera que, además de contar con un ejemplar número de costaleras, que la llevan como nadie y que la pasean por su recorrido, con toda la ternura del mundo. Existe un cuerpo de mujeres con la mantilla negra, clásica de la Semana Santa, que aportan un estilo de dolor, aparte de elegancia. Posee, también, un grupo de pequeñas acólitas, que llevan los incensarios y las navetas .
En este cambio ha sido fundamental que hiciese su nuevo recorrido por la ciudad, en la tarde del Sábado Santo; por lo que ha ganado en todos los sentidos. Posee su casa de Hermandad en la citada calle de Diego Pérez Milá; y cuenta con una gran Junta de Gobierno.
El presente año, ha estrenado el rostrillo, que aumenta más si cabe la belleza de la Virgen de la Soledad.
A su paso por la Plazoleta de San Francisco, en su regreso, hicieron dos estaciones en las casas de Hermandad de la Virgen del Rocío y del Cautivo. En todo su recorrido los isleños quisieron estar junto a la Virgen de la Soledad, hasta dejarla en su casa.