La hermandad de los “33”, no pudo hacer su estación de penitencia.
De nuevo la lluvia volvía a ser protagonista negativa, al impedir que el Santísimo Cristo de la Vida y Nuestra Señora de Los Dolores, con todos los pertrechos preparados, se quedara en su templo. Una menuda e incipiente lluvia, a modo de “chiri miri”, desaconsejó a la Junta de Gobierno a exponer a sus sagrados titulares.
No quedó otra opción que quedarse en la Iglesia, donde los hermanos y las mujeres de mantilla y los monaguillos, tuvieron, a duras penas, que aceptar la frustración de no hacer la estación de penitencia.
Ante el paso de la Virgen de Los Dolores, bellamente exornada, fueron homenajeadas las Sras. Dª Esperanza Navarro y Dª Marta Flores, que durante muchos años fueron camaristas de la Virgen. Ambas recibieron un pergamino. Del mismo modo y ante el paso del Cristo, los hermanos quisieron reconocer la labor llevada a cabo por Manuel Lares, al frente de la hermandad desde que se hiciera cargo de la misma. Con mucha emoción recibió Manolo este gesto, desconocido por él. Los abrazos conmovidos rubricaron este acto.
Mientras, el pueblo impaciente esperaba en la calle que se abrieran las grandes puertas del templo. Cosa que no tuvo lugar porque la Hermandad, tomó la medida prudente por el riesgo de que la lluvia perjudicar; sobre todo el Cristo de la Vida, una talla de inestimable valor artístico, y más aún toda una inequívoca insignia de nuestra Semana Santa, muy querida por todos los isleños.
A esperar al próximo año, donde Dios dirá.