La festividad del Corpus, un año más, grandiosa

03.06.2013 23:37


 

Como viene siendo tradicional en nuestra ciudad, el día del Corpus, celebrado el domingo 2 de Junio, poseyó toda la brillantez de una fiesta cristiana por antonomasia. Si a ello se le añade toda la luz del sol, aquel dicho de que “tres jueves tiene el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”, podemos afirmar que todo contribuyó.

No importaba que en vez de jueves fuera domingo. Mucha gente en la calles, mucha en la celebración de la Eucaristía en la Iglesia de Los Dolores, y mucha acompañando el recorrido de la procesión y presenciando desde los lugares por donde transcurrió.

La custodia bajo palio blanco bordado, propiedad de la propia Hermandad Sacramental, fue portada de manera alternativa por los párrocos, Juan Manuel Lagares y Cristóbal Robledo, mientras el palio lo llevaron hermanos de la Sacramental adscrita a los “33”, del Santísimo Cristo de la Vida y Nuestra Señora de Los Dolores y otros.

Participaron todas las hermandades de gloria y penitencia isleñas. Y fue presidida por la alcaldesa, María Luisa Faneca, el hermano mayor Manuel Lares Correa, la hermana mayor de Nuestra Señora del Mar, María Casado Carrillo, por el presidente del Consejo de Hermandades de Isla Cristina, Agustín Ponce Figuereo y el hermano de la Hermandad Sacramental del Gran Poder, Manuel Pedro Martín.

Hemos de destacar que muchos niños y niñas que recientemente celebraron su Primera Comunión, acompañaron con sus blancos trajes, portando las niñas sus cestitos de flores, con los que fueron regando las calles.

El presente año el itinerario diseñado ha sido para transcurrir por el casco antiguo de la ciudad, de manera que la procesión con el Santísimo, partiendo de la Parroquia de Los Dolores, siguió la Gran Vía para, soslayando el Paseo de las Flores, tomar la calle Armada Española para continuar por los aledaños que conducen al antiguo mercado de abastos. La procesión siguió tras la Plazoleta de San Francisco, donde estaban instalados los descansos del Cautivo y del Rocío, por el Paseo de las Flores, retomar la Gran Vía hasta el templo de Los Dolores.

Varios “descansos” llevados a cabo por las hermandades, jalonaron todo el recorrido. Por lo que algunos estuvieron muy juntos unos con otros. De todos modos, sí estuvieron muy bellamente logrados, y con la presencia del Señor Sacramentado, se vivieron momentos intensos de una fe que nos llega de un legado de nuestros mayores, los cuales nos iniciaron en unas tradiciones que se llevan muy dentro de nosotros.

El recorrido fue acompañado por los acordes de la Banda de Cornetas y Tambores de Ayamonte. Y, como a la salida del templo, las remozadas campanas repicaron a gloria, al tiempo que raudos vuelos de vencejos, hacía su escolta al Creador hecho Pan en la redonda circunferencia del viril en la custodia.