Devoción en la Punta del Caimán en la procesión de su Virgen
Las mujeres sacan a hombos a la Virgen de su templo
Culminaron ayer las fiestas en honor a la Virgen del Mar, patrona de la barriada de pescadores de la Punta del Caimán. A las 16.00 horas la cuadrilla de mujeres formada por 50 costaleras salían del templo junto al puerto deportivo, tras el canto de la salve interpretada por la coral polifónica Isla Cristina, dirigida por Vicente Sanchís. Poco antes de la salida, las costaleras se reunían con la presidenta de la hermandad, María Casado, quien marcaba las pautas un año más de la procesión y repartía los relevos de la cuadrilla, en total tres grupos de mujeres encargadas de llevar a la Virgen. Uno desde la salida hasta el monumento al Marinero, otro desde allí hasta la iglesia de los Dolores y el último relevo de costaleras desde la parroquia hasta el puerto pesquero. Como cada año, en la puerta de la iglesia de la Virgen del Mar, aguardaba un numeroso público formado también por muchos turistas que ,atraídos por la singularidad de la procesión, no faltaron un año más a esta cita. Del mismo modo una amplia representación de las diferentes hermandades de Isla, Pozo del Camino y La Redondela, además de la alcaldesa, María Luisa Faneca, que encabezaba la Corporación Municipal. La Virgen del Mar recorrió la avenida del paseo marítimo y Federico Silva Muñoz, realizando varias paradas antes de llegar al puerto pesquero como la que hizo en su antigua parroquia o en la de los Dolores, siendo la más significativa la que realizó frente al monumento al marinero donde se encuentra grabado en una loza de mármol, los 26 nombres de los hombres que fallecieron en el hundimiento del Islamar III hace ahora 28 años.
Más de cien punteros se agolpan dentro del agua para recoger a la Señora del Mar y llevarla a tierra
Mucha emoción y devoción con la patrona de la Punta que embarcó posteriormente en el Nuevo Hermanos Estévez para pasearla por la ría Carreras e incluso hasta aguas de la barriada vecina y hermana de Punta del Moral. El desembarco se produjo horas más tarde como de costumbre en la pintoresca playa de El Cantil, escenario más característico de la procesión por el mar ya que muchos punteros se tiran al agua para sacarla a hombros de la embarcación. A partir de ese momento comenzó la procesión por las calles de su barrio entrando en la esencia más pura de esta celebración mariana, donde muchos grupos le regalaron desde balcones y azoteas piropos al compás de rumbas y sevillanas con letras escritas a la patrona hasta bien entrada la madrugada. Después, subasta de la vara, que finalmente quedó en manos de José Manuel Martín Rendón por la cantidad de 12.000 euros, y vuelta a su templo.
Las fiestas en honor a la Virgen del Mar han cumplido ya 31 años aunque hay que restarle una procesión ya que en agosto de 1984 y tras la tragedia del Islamar III, se suspendieron las celebraciones en señal de luto. La talla fue una compra del sacerdote Don Manuel Gómez –ya jubilado- que la adquirió en un mercadillo en Madrid por el precio de 80.000 pesetas. Al llegar a Isla Cristina se hizo una colecta entre vecinos y armadores que ayudaron a pagar la imagen. El sacerdote también adquirió otra de menor tamaño que tuvo en su poder hasta hace cinco años que la donó a la barriada. Desde entonces la talla reposa en una hornacina rodeada de jardines en una de las entradas a la Punta del Caimán.