Antonio Peña Ramos ofreció un emotivo pregón de Semana Santa
El domingo pasado tuvo lugar en el Teatro Municipal Horacio Noguera, el pregón de Semana Santa a cargo del cofrade Antonio Peña Ramos, quien realizó un bello mensaje cofrade lleno de sentimientos y conocimientos del significado de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Estuvo presidido por la alcaldesa, María Luisa Faneca; el párroco y director espiritual, Carlos Javier Rodríguez Parra; el delegado de Cultura, Emilio Bogarín Díaz; representaciones del Consejo de Hermandades y Cofradías, el teniente de la Guardia Civil y el subjefe de la Policía Local.
Antes de dar comienzo, la Banda de Música Isleña interpretó la marcha ‘Amargura’, para dar paso al presentador y pregonero de 2011, Ricardo Biedma Cabalga, quien resaltó la vida cofrade del pregonero, que desde muy joven ha estado ligado a su hermandad de ‘los treinta y tres’ como costalero y directivo; habiéndose iniciado en el mundo de la faja y el costal con la cuadrilla del Señor de la Mulita, para, desde hace 28 años pertenecer a la cuadrilla de la Virgen de los Dolores. A continuación se interpretó la marcha ‘Caridad del Guadalquivir’, para antes de iniciar su labor, recibir la Bendición del Sacerdote Carlos Javier.
Una vez ante el atril, dedicó su pregón a sus padres, esposa e hijos, y a su compadre, para encomendarse a su Virgen de los Dolores y pedir protección a la Patrona de los isleños, la Virgen del Rosario. Luego tuvo palabras de agradecimiento para el Consejo de Hermandades por haberse confiado a él para tan importante misión dentro del mundo cofrade. “Está confeccionado –dijo- con todo lo que me dicta el corazón y con el cariño que le tengo a todas las hermandades de nuestro pueblo”.
Recordó con nostalgia la primitiva Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad del Cristo de la Vida, del Maestro Paco Cuevas. En el capítulo de recuerdos no se olvidó de dos grandes personas que significaron mucho en la historia de la hermandad, Manuel Pérez Camacho, y Octavio, gran impulsor de la seriedad con que se vive hoy en día la Semana Santa, y Eduardo Hernández, ‘Eduardito’ para todos cuantos lo conocemos y le queremos, muy dedicado desde muy jovencito a prestar una gran labor dentro de la hermandad. Y habló también de sus vivencias cofrades, llenas de amor hacia Cristo y la Virgen, y del auge que ha ido ganando nuestra Semana Mayor. Atrás quedaron los alambres y las cesiones de enseres, para gracias al trabajo de los hermanos, ir engrandeciendo los patrimonios.
Mostró su contento con la recuperación del procesionar del Cristo de las Tres Caídas, en el que se puede contemplar la belleza de la imagen de Cristo vencido por el peso de la cruz. También expresó su admiración por el Cristo Yacente- Santo Entierro-, catalogándolo de verdadera obra de arte. Y en cuanto a la Hermandad de La Soledad, la imagen más antigua de Isla Cristina, dijo ser un acierto que realice su desfile procesional en la tarde del Sábado Santo.
Pero también rechazó el protagonismo en algunos momentos y dejó patente que la procesión es una estación penitencial y no una aventura; que se está perdiendo parte de nuestra identidad, no impidiendo que la gente vaya delante de los pasos, o el que se de cera a los niños.
Más adelante se mostró complacido del vínculo que tienen los párrocos con las hermandades, manifestando que era algo que había que aprovechar para mayor engrandecimiento y espiritualidad de la conmemoración de la Pasión de Cristo. Pasando seguidamente a exaltar las distintas advocaciones tanto de Cristo como de la Virgen, y lo hizo con puro conocimiento litúrgico, catalogando el Domingo de Ramos como día de la algarabía para los pequeños, donde se van iniciando en la vida cristiana y cofrade. Ya, dentro de los momentos pasionales pidió por los enfermos, por los pobres, por los abandonados, por los que sufren y padecen la lacra de la droga. Y pidió paz para los pueblos, para los hombres, para nuestras almas.
Sus últimas palabras las dejó para resaltar, como parte muy importante de la Semana Santa, la celebración de la Pascua de la Resurrección.
La banda de música puso punto y final al acto con la interpretación de la marcha ‘Rocío’ y los Himnos de Andalucía y de España.